¿QUIÉNES
SOMOS? |
|
Somos un grupo de personas de
diferentes opciones de vida y profesión,
inquietas y sensibilizadas por la situación
de las mujeres en la sociedad y en el seno de
la Iglesia, donde descubrimos una falta de coherencia
real con el mensaje evangélico. |
|
|
¿QUÉ
PRETENDEMOS? |
|
Queremos ser un grupo
de reflexión y de acción, consciente
de la importancia que tiene, o debería
tener, para la comunidad eclesial, la aportación
femenina, para poder enriquecerla, en igualdad
de condiciones que el varón y con el derecho
que nos da nuestra pertenencia al Pueblo de Dios.
Por lo tanto, como miembros de la comunidad cristiana,
queremos intervenir en su marcha en el mundo. |
|
|
Queremos vivir la fe de manera adulta,
responsable, con espíritu libre, crítico
y constructivo. Pero no pretendemos perdernos
en complicadas interpre-taciones hechas por hombres
y a su servicio, sino que nuestro trabajo está
dirigido a desbloquear la situación marginal
en que la Iglesia mantiene a las mujeres y que
contrasta negativamente con los avances científicos,
sociales y con la mentalidad de nuestro tiempo. |
|
|
Queremos un cambio en la actitud negativa
que tiene la Iglesia, en especial la jerarquia,
hacia las mujeres. Esta actitud ha influído
y continua influyendo en la sociedad. Este cambio
daria credibilidad a la misma Iglesia, porque
reconocería todos los derechos y deberes
de las personas, con lo cual se conseguiría
una mayor justicia y fraternidad evangélica. |
|
|
|
Queremos trabajar
para que, dada la influencia moral que tienen
las religiones, se entienda nuestro criterio
y nuestra lucha, sean cuales sean sus creencias,
a favor de todas las mujeres. |
|
|
HAZTE
SOCIA |
|
Solo tienes que imprimir este boletín de
suscripción y enviarlo a la sede del Col·lectiu: |
|
|
|
|
¿QUÉ
PODEMOS APORTAR DE NUEVO A LA IGLESIA, HOY? |
Una nueva visión.
Todos los aspectos que afectan tanto a la fe como
a la vida de las personas dentro de la Iglesia,
son vividas de manera diferente por hombres y
mujeres. Además, la diversa formación
recibida hasta ahora, ha hecho que, tradicionalmente,
la mujer haya sido marginada y su voz silenciada
tanto en la sociedad como en la Iglesia. Con actualizada
creatividad y junto con el hombre, es posible
una renovada evangelización. |
|
|
Una nueva reflexión.
Una inédita aportación teológica
feminista, que sea escuchada en las aulas de
formación, junto con la de los hombres,
así como la opinión de las mujeres
de base que se han mantenido fieles a pesar
de las dificultades.
|
|
|
Un nuevo lenguaje.
Que respete y tenga en cuenta la presencia de
las mujeres, tanto en la plegaria y celebraciones
como en la interpretación de las
escrituras, para que puedan expresar, con propias
palabras, su fe.
|
|
|
Una nueva acción.
Las mujeres queremos aportar a la Iglesia una
nueva manera de hacer, una vitalidad diferente.
La dirección y la acción, a todos
los niveles, ha de ser compartida por hombres
y mujeres, según el carisma de cada persona
y no según su sexo. |
|
|
Una nueva estructura.
La sociedad tiende a aceptar unos esquemas democráticos
y es a través del voto o del consenso
que se decide la marcha de los acontecimientos.
La Iglesia tiene que hacer un esfuerzo para
adaptarse a la mentalidad de hoy. Las personas
cristianas no podemos tener un esquema de convivencia
para la sociedad y otro para la Iglesia. La
democratización ha de beneficiar en gran
manera la incorporació de las mujeres
que podrá reflejarse en su acceso a los
ministerios y servicios que ahora le están
prohibidos en nombre de leyes y costumbres heredadas
y circunstanciales. |
|
|
Un nuevo espacio de libertad,
donde la persona, en especial la que se encuentra
en una situación de gran problemática,
bien sea personal o colectiva, sea acogida y
aceptada. Que el respeto a las conciencias y
a las diferentes opciones que se puedan dar
a lo largo de la vida, sean vividas sin ninguna
marginación eclesial. |
|
|
|